Estudiar una lengua implica alcanzar un sólido dominio de ella, asumir frente a ella una actitud crítica y reflexiva, y adentrarse en los contextos sociales, histórico-culturales y literarios que ella implica.
Toda lengua es un sistema de signos empleado por una comunidad lingüística y, por ello, tiene una dimensión individual vinculada con la identidad personal, pero también, una proyección que alcanza al contexto social, histórico y cultural de esa comunidad con la que se identifica.
Es importante que la persona que desea ingresar a la Facultad de Lenguas pueda distinguir si su interés por la lengua se relaciona solo con la adquisición de un nuevo instrumento de comunicación o con formarse como profesional en el campo de la docencia, de la investigación o de la traducción. Es solo en este último caso cuando sus intereses encontrarán respuesta en el cursado de una carrera de grado en la Facultad de Lenguas.